El Cuerpo Humano

Un Copy & Paste del libro Criptonomicrón de Neal Stephenson que nos sirve para ver de una forma menos romántica al ser humano.

La sala contiene unas docenas de cuerpos vivos, cada uno de ellos un gran saco de intestinos y fluidos tan comprimidos que saltarían unos metros si los rajasen. Cada uno de ellos está construido alrededor de una armadura de 206 huesos conectados entre sí por uniones con tendencia a fallar, dadas a crujidos, chirridos y taponazos desagradables cuando ya no se encuentran en sus mejores condiciones. La estructura está rodeadas de filetes que laten, inflados con sacos de aire apretados, y atravesados por un alcantarillado gordiano lleno de ácido burbujeante y gas comprimido y rebosando de enzimas y disolventes asquerosos producidos por muchas pepitas oscuras de carne programada genéticamente enhebradas a toda su longitud. Por todo ese dédalo descuidado se obliga a pasar, por medio de convulsiones en serie, a masas de comida en disolución, para que se transforme en gas, líquido y materia sólida que debe evacuarse periódicamente al exterior para evitar que su dueño muera por intoxicación. Cámaras esféricas llenas de gelatina giran en cuencas engrasadas con mucosidades. Falanges infinitas de cilios rechazan partículas invasoras, envolviéndolas en una sustancia viscosa para su posterior eliminación. En cada cuerpo, un músculo central se debate en un eterno torrente circular de salsa presurizada. Y sin embargo, a pesar de todo esto, ninguno de los cuerpos produce ni el más mínimo sonido durante el discurso del sultán. Es una maravilla que sólo puede explicarse por el poder del cerebro sobre el cuerpo y, a su vez, del condicionamiento cultural sobre el cerebro.

5 comentarios:

  1. Me niego a creer que somos un conjunto de visceras y reacciones quimicas que han tomado el control de sus propias vidas. Me leeré el libro de todas formas para asegurarme y poder discutirlo contigo con total conocimiento de causa.

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  2. El libro es sobre criptografía, nada tiene que ver con lo aquí expuesto, es solo el sentido del humor del escritor.

    Pero vamos, no se aleja de la realidad. No somos más que el vehículo que nuestros genes han formado para perpetuarse. Somos taxis de ADN.

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  3. Es el arte o ciencia de cifrar y descifrar información utilizando técnicas que hagan posible el intercambio de mensajes de manera segura que sólo puedan ser leídos por las personas a quienes van dirigidos.

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  4. El libro sobre el que se hace el comentario es el Criptonomicón, no el Necronomicón (un libro ficticio sacado de la obra de HP Lovecraft).

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